miércoles, 26 de septiembre de 2007

Noche...














Acabo de llegar.
Mi reloj marca la 1:26...
...
La última vez que llegué fue hacia las 22:30 aproximadamente. Estuve en Maldonado, en una reunión con un amigo músico.
Llegué y como siempre hice lo habitual, milanesas de soja y un café con leche. Después me puse a revisar mi correo y a hacer otras cosas más. Cuando miro el reloj nuevamente eran las 23:00, me pareció raro que el tiempo fuera tan lento.
Mi cabeza no paraba de "murmurar", y sentía que mi cuerpo estaba agobiado por sensaciones. Necesitaba despejarme un poco, así que emprendí una caminata hacia la playa.
La noche está hermosísima, hay una gran luna llena y un cielo nublado muy grisáceo. Obviamente tenía que elegir cuidadosamente el disco adecuado para mi caminata hacia la playa, así que no dudé en poner "The Modern Jazz Quartet" haciendo un disco sobre Bach.
Empieza el coral "Wachet Auf". En eso momento me pasó algo demasiado raro que no paró hasta que estuve tirado en la arena entre los médanos. El tema activó algo en mí (es que Bach ... es Bach), y logré en cierta manera ver todo por vez primera, no podía dejar de asombrarme por el cielo, los árboles, mi cuerpo que se trasladaba en la noche, en fin, miles de cosas a la vez que se mezclaban y jugaban en mi alrededor.
Ustedes dirán que consumí, pero que yo sepa todavía el Bracafé no trae sustancias alusinógenas, así que habrá que hecharle la culpa a Bach, porque en el momento en que el clave tocaba el motivo principal de coral, todo vino sobre mí.
Llegué a la playa. Increíble!!!!!!!!!!!.
Logré el clímax, nunca cielo y mar me parecieron tan infinitos. el sonido del mar, la luna que estaba intocable.
Entonces me acosté y quedé........de golpe me invadió una tranquilidad, sentí una gran comodidad. Y así quedé varios minutos, tirado....
Tirado...
...
Ahora, es un poco banal contar lo sucedido, porque es imposible ( para mí) transmitir algo que todavía me es incomprensible. Pero el hecho de dejar una aproximación o algo me basta.
A la vuelta, caminé en compañía de Chico Buarque.
Un tero vuela desde una loma de un chalet y se posa en medio de una calle que se me encontraba a un costado. Estamos a pocos metros, lo quedo mirando, me parecía muy rara la imagen, algo me tentaba a agarrar por esa calle, pero no...
Un auto de policía me alcanza lentamente, me pasa y avanza pero muy despacio, de manera que parecía que yo los perseguía.
Se van...
Llego a casa. Me quedé con ganas de algo más. Salgo y saco una sesión de fotos en la esquina de casa. ahora sí...
Me voy a dormir...

lunes, 24 de septiembre de 2007

Oremos, o mándanos un sms...

El otro día recibí un mensaje que llegó de forma errónea a mi celular...
Transcribo mensaje...

"Soy Yitsel no puedo ir a lo de Lilian porque me caí y me hice un esguince pero estoy en oración con ustedes saludos"

¿Qué trágico no?
Y para culminar, la clásica cadena que nos llegan a nuestros celulares esporádicamente...
El aporte de este mensaje es gracias a mi hermano...

"Hoy es el cumpleaños del Padre Pío y está derramando bendiciones. Pásala a 5 personas queridas. Por favor no la cortes. En 2 hs recibirás lindas noticias"

Brillante, me dislocó las dendritas de las neuronas con eso de "derramar" bendiciones...
Ah, por cierto, Happy Birthday Pío!!!!!!!

Bill, Bill....


El domingo estábamos con mi hermano como siempre discutiendo que disco poner, no sé ni cómo ni cuando, pero por suerte recordé que hacía un tiempo que no escuchaba el disco"We will meet again" de Bill Evans, así que lo puse. Pero no desde el principio, sino que salté directamente hacia la pista 3... "Bill's hit tune"...
Formidable, Hermoso, brillante, no sé cuántas palabras más decir con respecto a este tema, sin duda me he enamorado profundamente, tanto que ya conseguí la partitura y convencí a mis amigos para hacerlo. Se me ocurrió hacer una versión para flauta, violín, viola, bajo, clarinete y percusión...
En fin, nada más que decir, sólo compartir la inmensa sensación de escuchar esta gran obra de Bill Evans... El que pueda escucharlo, que lo disfrute... Y el que no, va a tener que esperar a que grabé la versión que estoy haciendo, y escucharlo en este blog, pero por las dudas intenten escuchar la versión original, no hay que engañarse con versiones berretas.....

martes, 18 de septiembre de 2007

Pero qué loco, no?













Querido Daniel Gómez Rinaldi: Sinceramente no tenía ni idea, pero ni me imaginaba que una persona como tú hiciera eso.
Cuando la vez pasada fui a mi Coiffeur y un señor se puso a leer "Semanario", y vi tu foto, esa carita que siempre se te ve en "Intrusos", programa re lindo que muestra a la gente importante, no lo pude creer...
Quedé anonadado, ¿Así que los famosos te traen azulejos de sus viajes?. Pero es una maravilla. Ni sabía que te gustaba coleccionarlos. Entonces yo, que soy re fan de vos, me acordé y acá te mando un regalito, es una serie de fotos de azulejos que hay en una fuente en el parque "El Jagüel".
Bueno, espero que te gusten y te deseo todos los éxitos del mundo y que prontito tengas tu propio programa...
Saluda:
Marito.

lunes, 17 de septiembre de 2007

El día anterior al jardín.


A mí me gusta venir acá, es un lugar re lindo en donde hay cantidad de cosas de madera que parecen animales, pero yo sé que antes fueron árboles. Mamá siempre me deja recorrer todos los juegos, y a mí me encanta correr por el monte entre las ruedas de autos, las hamacas y los animales de madera.
Este domingo le supliqué a mami y ella me trajo acá, que ella le llama algo así como "Jagüel", pero yo no sé que quiere decir esa palabra, capáz que después ma me dice porque le dicen así.
Así que salimos los tres en moto para el Jagüel: mamá , yo, y el novio que tiene, porque me había olvidado de decirles que mamá se enamoró, para mi que es la primavera, el olor que sacan las flores que hace que la gente se enamore...
Llegamos y lo primero que hice fue correr hacia las hamacas, me encantan las hamacas, creo que va a ser uno de mis juegos favoritos por siempre. Pero lo que más me gusta de venir acá son los juegos raros que hay, pedazos de troncos con forma de animales, ruedas de camiones que forman túneles, y muchos juegos más, tantos que siempre que vengo encuentro uno nuevo...
Pero esta vez me quedé fascinada con uno, era una especie de laberinto hecho con caños y vos podías bajar por una escalera y después tenías como cuatro salidas abajo, me encantaba bajar por la escalera y luego elegir al azar cualquier salida. En eso mientras bajo y me doy vuelta para elegir el orificio que está a mi espalda veo que hay un señor que me está sacando una foto. A mi me gusta que me saquen fotos, así que fuí corriendo y le dije al señor si no me mostraba la foto. Yo me veía muy oscura porque estaba dentro del laberinto pero igual me gustó. Le pregunté el nombre y me dijo que se llamaba Franco, en eso me empiezo a reír cuando veo que estaba con una muchacha, porque los dos usaban gorros que eran igualítos, grises y a cuadritos, era muy cómico. Me preguntaron como me llamaba y yo les dije que Nuria, y que tengo así de dedos (que son como cuatro), la muchacha me dijo que ella se llamaba Karen, y me acordé que en Navidad vino a casa una tía que vive muy lejos, re lejos, y que también se llamaba Karen.
Así que cómo mamá me deja jugar por todo el parque me fuí a sacar fotos con los dos. El señor sacó muchas, muuchas fotos de los juegos, y yo me reía porque no entendía como un señor ya grande sacaba fotos de los juegos, pero igual era simpático, aunque tampoco entendía cuando se reía cuando yo le pregunté si tenía hijos, él me dijo que era muy joven y que todavía no tenía, y yo le mostré muchos de mis dedos para ver si podía adivinarle la edad, pero me parece que le erré porque seguía riéndose. Después fuímos para las hamacas y Karen me hamacó, mientras Franco seguía sacando fotos. Luego ellos se fueron, pero yo no quería, porque me divertía y no quería estar sola, y tampoco molestar a mamá que estaba enamorándose con su novio. Entonces cuando empecé a seguirlos mamá me vió y me dijo que los dejara tranquilos, y ellos siguieron caminando por el parque sacando fotos.
Entonces me empecé a aburrir, y le dije a ma que me dejara ir con ellos que no era muy lejos, y comencé a hacer berrinche, y tanto que por fin mamá me dejo ir con ellos. Pero ellos estaban re lejos, así que corrí rapidísimo por el parque hasta que los alcancé, ellos se rieron mucho cuando me vieron y me preguntaron si tenía permiso de mi mamá, y yo les dije que sí.
Caminamos y recorrimos toda una parte del parque que no conocía muy bien y me encantó, había muchos bancos de madera que estaban bajo un techo de enredadera enorme, y entonces salté por los bancos y corrí por los pasillos, y Franco mientras me sacaba fotos. Luego me saqué muchas fotos con Franco y Karen y cuando íbamos a seguir caminando vino mamá a buscarme. Me quedé con ganas de seguir paseando pero ma ya se estaba yendo.
Entonces me despedí de Franco y Karen, y Franco me preguntó a que escuela iba, y yo le dije que al jardín N° 4, y él me dijo que hacía música con unos instrumentos y que iba a ir a mi jardín a tocar, entonces yo me quedé contenta pensando que capáz los iba a ver de vuelta, o los iba a encontrar nuevamente en el parque mientras jugaba en el laberinto.

lunes, 10 de septiembre de 2007

A Romina y su triciclo rojo...

Lamentablemente hoy tuve que ir a cortarme el pelo. Es una decisión que siempre me cuesta tomar, tanto que cuando finalmente voy ya tengo el pelo larguísimo, una maraña de pelos que se entreveran y tientan casi hacia un estilo afro, pero sin embargo me siento orgulloso de ellos...
Son 6:20 y apronto todo para salir en bici; llevo la viola, es que tengo ensayo de trío, también llevo mi pelo limpio y un triciclo rojo de regalo para la sobrina de Bettina. El triciclo era de mi sobrina Romina, con el que hizo sus primeras armas en el mundo de la velocidad. Para mí es muy especial por varias razones, primero porque era de mi sobrina, que ahora se encuentra en España, segundo porque me hace a acordar al entrañable dibujo del Mundo de Bobby, en donde se paseaba por todas las habitaciones de la casa con su súper araña de peluche, y tercero por "El Resplandor" de Stanley Kubrick, en que al igual al mundo de Bobby, había un niño que recorría cientos de pasillos de un hotel en su triciclo, si no me equivoco el célebre dibujo animado está basado en el personaje de "El Resplandor".
Ya todo pronto, arranqué en mi bici (que ahora es otra, una que me prestó Felipe) con Benny Goodman y Lionel Hampton sonando en mis oídos. La tarde de hoy era ideal para andar en bici, estaba un poco más nublado que estos últimos días y corría una brisa fresca que ahogaba el vaho del día. Qué lindo!, pedalear por la avenida Shakespeare, sentir el suave viento, las acacias que desprenden su aroma típico de comienzos de la primavera, escuchar a Benny y Lionel...
PPPSSSHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!....
Me bajé de la bici obligadamente, respiré profundo, e intenté que una simple pinchadura no me amargara el día, no me hiciera llegar tarde a la peluquería, no me hiciera cansar, y no me hiciera romper la bici que no era mía, esa misma bicicleta que nos dejó a mí y a Felipe tirados en el medio de la nada rumbo a La Paloma...
Llegué al Paseo, lugar en donde ensayo con el trío, tranqué la bicicleta y salí en busca del guardia del Paseo, para poder "enchufarle" el triciclo mientras iba a la peluquería. Por desgracia no lo pude encontrar, así que salí con el triciclo debajo del brazo, cruzé la plaza y las principales calles del centro, que no son muchas, y veía que la gente me miraba, algunos se reían, algo normal, creo que yo haría lo mismo si viera a un tipo peludo de 1 metro 87 cm con un estuche negro en la espalda y un triciclo rojo de plástico debajo del brazo.
Llego a la peluquería e intento cambiar el triciclo de Romina por un corte de pelo, pero no hubo trueque, así que me senté a esperar mi turno. Había un tipo de unos treinta años en pleno proceso de corte y un gordito de unos diez años sentado con su madre, que se llamaba como yo, Franco.
Activo el disco "Arthur" de los Kinks y comienza a sonar "Victoria", uno de mis temas preferidos del disco. Mientras, miro la tele que colgaba en un rincón del local en donde pasaban el informativo. En eso pasan la noticia del festejo de un programa de rehabilitación para las drogas llamado "hacele Knock out a las drogas", en donde muestran al presidente Tabaré y otras autoridades presenciando el espectáculo del festejo, en el que se realizaban peleas de boxeo de los jóvenes que ingresaban al mismo. En eso veo que en el medio del cuadrilátero había dos niños de unos cuatro años más o menos dándose guante limpio, y todos festejando y riendo mientras los dos pibes se daban trompadas encarnizadas, creo que fue lo más cómico del día aunque me quedó la duda de si ya eran víctimas de la pasta base.
Entra otro cliente, termina de cortarle el pelo al que estaba y se sienta Franco en la silla, el que entra se sienta al lado mío y toma la revista "Semanario", clásico folletín de chismes...
La abre...
DANIEL GÓMEZ RINALDI: " LOS FAMOSOS ME TRAEN AZULEJOS DE SUS VIAJES", declara uno de los conductores del programa "Intrusos" de Jorge Rial...
Miro la tele...
"ATRAPAN A DON DIEGO" CAPO DE LA MAFIA EN COLOMBIA...
Suena "Australia" de los Kinks...
miiiiiiiii, fa sol la sol fa mi si sol..... Llama Diego a mi celular...
Entra al local un tipo parecido a Thelonious Monk pero con más mugre en las uñas...
"FLORENCIA DE LA V NOS ENSEÑA COMO SER UN TRAVESTI", puedo leer en el "Semanario"...
....
Me toca cortarme el pelo....
Aplico el clásico corte, me rebajo un poco y manteniendo la raya hacia el costado, en media hora el peluquero liquida mi pelo afro, y hacia las ocho ya me encuentro caminando por las calles de Maldonado, rumbo al Paseo con el triciclo rojo debajo del brazo...

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Oh! sí, deseo que estuvieras aquí...




Siempre tengo un complejo con los domingos.
Será que en donde vivo nunca hay nada, pero lo cierto es que el domingo despierta en mí una sensación de fastidio al aburrimiento; ahora que lo recuerdo bien, debe de ser porque mi madre me dejaba encerrado en casa en la tarde, y me contentaba con el "Show del Mediodía" a la hora del almuerzo o los recitales que pasaban de José Luis Perales por el canal 12.
Por suerte este domingo desperté a las doce lleno de lagañas, y después de mi sagrado café con leche (si, lo siento, estoy en plena lucha de abandono a la chocolatada) salí en mi bici fucsia Jazz (despojo gay que dejó mi hermana) al Paseo de San Fernando, conservatorio de música... en fin....
Llegué, ensayé, desafiné y me fuí....
"... Unchain my heart...... baby let me be..." gritaba Ray Charles en mis auriculares, mientras un grupo de negras respondían a su frase, con ese tono característico de las cantantes de Jazz que me desgarran el corazón...
¿Por qué no nací negro?
¿Por qué mi madre no engañó a mi padre con el párroco que venía a la capilla al lado de casa para tenerme? debe de ser uno de los hombres más negros que he visto...
¿Por qué, si lo hizo con mi hermano?.

Llegué a la playa...
En eso observo un hecho muy curioso, giro mi cabeza a la derecha y veo que Punta del Este no está!. Estaba cubierta por una gran inmensa masa de nubes negras que la tapaban hasta casi la isla Gorriti. Lo curioso era que la cubría en una forma de neblina, es decir, no cubría todo el cielo sino que terminaba ya a la altura de los edificios, pasado los edificios el cielo brillaba y el sol entibiaba la arena....
Ya sé, suena muy "paloma", muy a revista "Mía" o "Paula", a la clásica escritura de Poldy Bird, esa mujer que da consejos para que las mamases afronten el problema de criar a sus hijos.
Creo que la playa debe ser una de las cosas que más me conmueven, junto con escuchar música mientras ando en bici, que fue lo seguido que hice luego de la playa, si no me equivoco regresé a mi casa escuchando el Tommy de "The Who", disco que me conmueve cada vez más...
Ya en casa me encuentro con mi hermano que estaba frente a la computadora escribiendo y escuchando sino me equivoco Bob Dylan. Luego no recuerdo más, porque apenás me tiré sobre mi cama quedé totalmente dormido mientras sentía a Dylan cantando, haciendo esos picos de altura y acentitos clásicos en sus canciones.
Abro los ojos, miro a mi hermano y le pregunto la hora: 8 y 20. Me levanto y lo primero que hago es llamar a Diego, persona que ya les presentaré más adelante y que está implicada en el nombre del blog.
En la casa de él nadie contesta, ya me había empezado a fastidiar porque mis planes eran ir a jugar al casín con él (juego que se está convirtiendo en una obsesión).
Llamo al celular...
Atiende y me dice que está en la Iglesia de Maldonado, en donde está por empezar a tocar la orquesta de Tubingen...
Claro!, me había olvidado, tocaba la orquesta alemana juvenil, y no quería por nada de mundo perdérmelo, el solo hecho de que tocaran el Concierto para Violonchelo de Dvorák y la Cuarta Sinfonía de Brahms ya era demasiado tentador.
Salí a toda velocidad en mi Jazz fucsia, con el "Ram" de McCartney sonando, el mejor disco para salir con toda la energía.
Llego justo cuando terminaba "Uncle Albert" mi tema favorito y cuando está por empezar el concierto. Encuentro a Diego parado en una de las columnas de la iglesia, lo saludo y comienza enseguida la orquesta abriendo con una obertura de Leonard Bernstein que ahora no recuerdo el nombre y ni me interesa recordarlo.
Pero ahora me quiero detener en un hecho singular del concierto.
Terminada la obertura , la orquesta recibe al solista, un chelista de no más de veintidós años sino me equivoco, quién se sitúa delante de la orquesta con su instrumento para comenzar. La orquesta comienza con el motivo principal del primer movimiento, fa, si, do , re , do , si, fa, mi, re, do, si, do.... termina éste y entra en acción el solista... Sincermente al ser un concierto tan conocido del repertorio, y al conocer varias versiones, me opuse de ante mano, una actitud un poco despreciable de mi parte, pero que me permite ver cuando algo es bien interpretado, como en este caso, en donde el chelista desplegaba una técnica, un fraseo y una movilidad que me dejaron impactados. Una lástima por la orquesta, la cual no lo acompañó tan bien, sobre todos los cornos, el gran desastre de la noche, que se lucieron sobre todo en la Cuarta de Brahms. Termina el primer movimiento, se supone que no se aplaude entre los movimientos, pero igual el público estalla en grandes aplausos y ovaciones... En ese instante, pasa algo que no se me borrará nunca y que quedará grabado en mí memoria... por el rabillo del ojo observo que algo amarillo fosforescente comienza a atravesar toda la iglesia... ... ... Cuando miro en totalidad el objeto que se desplazaba me doy cuenta de que era el cuidacoches, el que estaba afuera cuidando los autos, que atraviesa toda la iglesia vestido con el clásico chaleco amarillo chillón para saludar y felicitar al solista y al director. En este punto debo de confesar que me reí y me conmoví, porque el gesto me pareció muy noble y humano al ver al tipo conmovido ante el concierto de Dvorák. La actitud fue más sincera que la de la mayoría de las "viejas" que no entienden nada y encima molestan todo el concierto con sus "caramelitos", haciendo ese horrible ruido con los envoltorios... -Cuidacoches de mierda- siento de repente que dice un gordo a mis espaldas ... Y pensé en decirle al mejor estilo Peter Capusotto: Oh, sí, deseo que estuvieras aquí, aguantando las pelotudeces que estás diciendo pedazo de boludo...