miércoles, 5 de septiembre de 2007

Oh! sí, deseo que estuvieras aquí...




Siempre tengo un complejo con los domingos.
Será que en donde vivo nunca hay nada, pero lo cierto es que el domingo despierta en mí una sensación de fastidio al aburrimiento; ahora que lo recuerdo bien, debe de ser porque mi madre me dejaba encerrado en casa en la tarde, y me contentaba con el "Show del Mediodía" a la hora del almuerzo o los recitales que pasaban de José Luis Perales por el canal 12.
Por suerte este domingo desperté a las doce lleno de lagañas, y después de mi sagrado café con leche (si, lo siento, estoy en plena lucha de abandono a la chocolatada) salí en mi bici fucsia Jazz (despojo gay que dejó mi hermana) al Paseo de San Fernando, conservatorio de música... en fin....
Llegué, ensayé, desafiné y me fuí....
"... Unchain my heart...... baby let me be..." gritaba Ray Charles en mis auriculares, mientras un grupo de negras respondían a su frase, con ese tono característico de las cantantes de Jazz que me desgarran el corazón...
¿Por qué no nací negro?
¿Por qué mi madre no engañó a mi padre con el párroco que venía a la capilla al lado de casa para tenerme? debe de ser uno de los hombres más negros que he visto...
¿Por qué, si lo hizo con mi hermano?.

Llegué a la playa...
En eso observo un hecho muy curioso, giro mi cabeza a la derecha y veo que Punta del Este no está!. Estaba cubierta por una gran inmensa masa de nubes negras que la tapaban hasta casi la isla Gorriti. Lo curioso era que la cubría en una forma de neblina, es decir, no cubría todo el cielo sino que terminaba ya a la altura de los edificios, pasado los edificios el cielo brillaba y el sol entibiaba la arena....
Ya sé, suena muy "paloma", muy a revista "Mía" o "Paula", a la clásica escritura de Poldy Bird, esa mujer que da consejos para que las mamases afronten el problema de criar a sus hijos.
Creo que la playa debe ser una de las cosas que más me conmueven, junto con escuchar música mientras ando en bici, que fue lo seguido que hice luego de la playa, si no me equivoco regresé a mi casa escuchando el Tommy de "The Who", disco que me conmueve cada vez más...
Ya en casa me encuentro con mi hermano que estaba frente a la computadora escribiendo y escuchando sino me equivoco Bob Dylan. Luego no recuerdo más, porque apenás me tiré sobre mi cama quedé totalmente dormido mientras sentía a Dylan cantando, haciendo esos picos de altura y acentitos clásicos en sus canciones.
Abro los ojos, miro a mi hermano y le pregunto la hora: 8 y 20. Me levanto y lo primero que hago es llamar a Diego, persona que ya les presentaré más adelante y que está implicada en el nombre del blog.
En la casa de él nadie contesta, ya me había empezado a fastidiar porque mis planes eran ir a jugar al casín con él (juego que se está convirtiendo en una obsesión).
Llamo al celular...
Atiende y me dice que está en la Iglesia de Maldonado, en donde está por empezar a tocar la orquesta de Tubingen...
Claro!, me había olvidado, tocaba la orquesta alemana juvenil, y no quería por nada de mundo perdérmelo, el solo hecho de que tocaran el Concierto para Violonchelo de Dvorák y la Cuarta Sinfonía de Brahms ya era demasiado tentador.
Salí a toda velocidad en mi Jazz fucsia, con el "Ram" de McCartney sonando, el mejor disco para salir con toda la energía.
Llego justo cuando terminaba "Uncle Albert" mi tema favorito y cuando está por empezar el concierto. Encuentro a Diego parado en una de las columnas de la iglesia, lo saludo y comienza enseguida la orquesta abriendo con una obertura de Leonard Bernstein que ahora no recuerdo el nombre y ni me interesa recordarlo.
Pero ahora me quiero detener en un hecho singular del concierto.
Terminada la obertura , la orquesta recibe al solista, un chelista de no más de veintidós años sino me equivoco, quién se sitúa delante de la orquesta con su instrumento para comenzar. La orquesta comienza con el motivo principal del primer movimiento, fa, si, do , re , do , si, fa, mi, re, do, si, do.... termina éste y entra en acción el solista... Sincermente al ser un concierto tan conocido del repertorio, y al conocer varias versiones, me opuse de ante mano, una actitud un poco despreciable de mi parte, pero que me permite ver cuando algo es bien interpretado, como en este caso, en donde el chelista desplegaba una técnica, un fraseo y una movilidad que me dejaron impactados. Una lástima por la orquesta, la cual no lo acompañó tan bien, sobre todos los cornos, el gran desastre de la noche, que se lucieron sobre todo en la Cuarta de Brahms. Termina el primer movimiento, se supone que no se aplaude entre los movimientos, pero igual el público estalla en grandes aplausos y ovaciones... En ese instante, pasa algo que no se me borrará nunca y que quedará grabado en mí memoria... por el rabillo del ojo observo que algo amarillo fosforescente comienza a atravesar toda la iglesia... ... ... Cuando miro en totalidad el objeto que se desplazaba me doy cuenta de que era el cuidacoches, el que estaba afuera cuidando los autos, que atraviesa toda la iglesia vestido con el clásico chaleco amarillo chillón para saludar y felicitar al solista y al director. En este punto debo de confesar que me reí y me conmoví, porque el gesto me pareció muy noble y humano al ver al tipo conmovido ante el concierto de Dvorák. La actitud fue más sincera que la de la mayoría de las "viejas" que no entienden nada y encima molestan todo el concierto con sus "caramelitos", haciendo ese horrible ruido con los envoltorios... -Cuidacoches de mierda- siento de repente que dice un gordo a mis espaldas ... Y pensé en decirle al mejor estilo Peter Capusotto: Oh, sí, deseo que estuvieras aquí, aguantando las pelotudeces que estás diciendo pedazo de boludo...

2 comentarios:

Rafael dijo...

Franco: Primero que nada me presento: Soy Rafael, un ex alumno de Damián. Debo confesar que durante la lectura me reí muchas veces, sobre todo cuando se refería al su bicicleta…como bien me dijo su hermano usted es muy divertido. Cambiando de tema a mi los domingos tampoco me agradan (es para mi el peor día de la semana), un día aburrido, anticuado y de “descanso”. También pude observar la espesa bruma de la cual habla en el texto y me sorprendí mucho al igual que usted al verla, pero lo más extraordinario fue volver a mi casa y ver la fotografía de un hombre (Damián) que la sobrevolaba, lo cual me pareció muy cómico a la vez .Bueno me despido y le deseo éxito con su blog y que la cantidad de lectores de “losmacaquitos” aumente a cada momento.

Damián González Bertolino dijo...

Yes, I'm the man who flew above the fog... Beware!...